Exponemos una bomba de la Guerra de Sucesió

La bomba se encontró en 2015 incrustada en esta vivienda de la calle Archivos, nº7 de la Vila Joiosa. Estaba completamente vacía, sin espoleta ni carga de pólvora, con el alma hueca, por lo que no revestía peligro alguno, y se trasladó al museo.
 
El hallazgo fue posible porque, antes de cualquier reforma o demolición de una casa antigua en Villajoyosa, el Servicio Municipal de Arqueología y Etnografía se persona en la vivienda para hacer un informe del proyecto y recoger los objetos de interés que pudieran verse afectados y no se tuvieran que restaurar y conservar in situ. 
 
Esta bomba antigua es un proyectil esférico de hierro fundido pero, al contrario que la bala rasa, es hueca y tiene una boquilla de resalte. Es la de calibre más pequeño: mide 4 pulgadas de diámetro (9,5 centímetros) y pesa 6 libras (2,7 Kg). Estaba incrustada en la pared a la derecha de un ventanuco de la planta baja, en la fachada de la casa que da a la calle María Amada.
 
Por el orificio de la boquilla se rellenaba de pólvora y se taponaba con una espoleta que hacía de mecha. La espoleta era un tubo de madera de haya o de fresno  más ancho en su extremo superior o “cabeza”, cargado con mixtos combustibles, que se introducía a mazo en la boquilla de las bombas, para hacer que estallaran en los lugares a donde se lanzaban. El “mixto” o “misto” solía ser una mezcla de pólvora, sebo, carbón y salitre que se encendía con el fuego del disparo del mortero u obús y era de combustión lenta, para que la bomba no  reventara en el aire ni fuera de tiempo.
 
La bomba producía daños por impacto y después al reventar por la explosión, por lo que era mucho más dañina que las balas tradicionales. En España se utilizaron muy especialmente durante la Guerra de Sucesión en los sitios de plazas fuertes, como era Villajoyosa. De hecho, la Vila fue la última ciudad del Reino de Valencia en rendirse a las tropas Borbónicas, tras un duro asedio de cinco largos meses, desde junio de 1708 hasta comienzos de diciembre de ese año.
 
La Casa del Capitán se llama así porque pertenecía entonces al Capitán Fernando Mayor, que tenía a su cargo una de las compañías de milicias que defendieron la Vila. Es una de las casas más antiguas conservadas en la Vila, ya que aparece dibujada con su característica torreta en el grabado publicado por Rafael Martí de Viciana en 1564.
 
Desde Vilamuseu y el Archivo Municipal se está investigando esta casa y al famoso propietario que le da nombre para ponerla en valor en una de las 9 rutas del patrimonio cultural y natural del municipio, la del Conjunto Histórico, declarado Bien de Interés Cultural.
 
Esta bomba es la primera huella material de que disponemos de este episodio tan relevante en la historia de Villajoyosa y de la Comunidad Valenciana.