El recinto era con seguridad un jardín funerario en el que había grandes pedestales con esculturas y plantas relacionadas con el mundo de los muertos en la antigua Roma.
En abril de 2016 se acabaron las obras de cerramiento del entorno, iluminación de la torre y realización de unos jardines accesibles con las mismas plantas que tenían los jardines funerarios romanos: arrayán, laurel, acanto, lavanda, hiedra, rosas rojas, vid y un ciprés, todas ellas relacionadas con el más allá.
Los trabajos fueron patrocinados por Elaine Evans, voluntaria y mecenas de Vilamuseu, que ahora también ha patrocinado la instalación de cámaras de vigilancia y la reparación de uno de los focos.
El Ayuntamiento ha esperado nueve meses hasta que las plantas han echado raíces profundas, para impedir que sufran daños, y ahora considera llegado el momento de abrir el recinto al público con garantías de protección y conservación. Como agradecimiento a la generosidad de Elaine Evans el pleno del Ayuntamiento aprobó por unanimidad dar su nombre a los jardines.
Para la apertura al público el Ayuntamiento ha firmado un convenio con el Camping el Torres y el Restaurante el Trébol, que se ocuparán desinteresadamente de abrir la valla del recinto de la torre en horas diurnas y cerrarlo al caer la tarde, así como de avisar a Vilamuseu en caso de detectar algún problema.
Estos últimos trabajos, como todo el mantenimiento del monumento y sus jardines, han sido coordinados por personal de las concejalías de Patrimonio Histórico y Urbanismo, y realizados por las Concejalías de Servicios Técnicos y de Parques y Jardines.
La apertura al público pretende convertir la torre en un atractivo turístico y cultural de primer orden, por su importancia y por su originalidad.
En las próximas semanas se rematarán los trabajos con la instalación de nuevos paneles interpretativos con acceso por códigos QR a vídeos que explicarán la torre y el jardín funerario, y con la instalación de nuevas señales indicadoras desde la N-332.