Esta pieza es un casquete de huevo de avestruz grabado y pintado. La tapa se encuentra recortada de uno de los polos y tiene un agujero de 2 cm de diámetro, desplazado con relación al centro, seguramente para vaciar el contenido. La pieza apareció como ajuar dentro de una tumba de cámara rectangular del cementerio fenicio de Casetes.
La técnica decorativa de la pieza es mixta; en la parte cóncava tiene dos bandas rojas paralelas pintadas con pincel, mientras que la parte convexa tiene decoración en huecorrelieve.
La técnica del huecorrelieve consiste en proteger con cera o resina la parte que se quiere dejar en relieve y después se sumerge la pieza en un baño ácido. Así se consigue la acción corrosiva del ácido que actúa en la parte que no está protegida y deja resaltado el motivo elegido. Aunque es mucho más frecuente la decoración pintada, se han documentado decoraciones en relieve, entre las que destacan algunas piezas de Ibiza.
El casquete tiene en su parte cóncava una decoración radial que parece dibujarse a partir del disco tallado descentrado. Ese motivo sugiere la forma de una estrella o el astro solar. Esta decoración y el hecho de que esté adaptado a la cavidad, son casos únicos sobre cáscaras decoradas en la Península Ibérica.
Este motivo es muy similar al símbolo de Shamash, el dios oriental del Sol, bien conocido en Mesopotamia y también en el ambiente fenicio y púnico, pero aún no documentado en al Península. Se desconoce si su presencia en este territorio es fruto de una situación casual o es intencionado.
En las sociedades fenicias y púnicas, las cáscaras de huevo de avestruz depositadas en las tumbas son símbolos de exotismo y lujo, además del significado simbólico de renacimiento del alma y vida después de la muerte.
Tumba GU 503 de la Necrópolis de Les Casetes, sector Jovada.
Cronología: siglo IV a.C.
Alt.: 19 mm; diám.; 79 mm
Nº inv. Vilamuseu 022238