La bala del ataque corsario de 1538

Vilamuseu ha incorporado a la exposición temporal Guardianes de Piedra, cedida por el Marq hasta el 20 de octubre de 2017, una bala de cañón hallada en las excavaciones de la Plaza de la Generalitat. Se trata de una pieza extraordinaria porque es, hasta el momento, el único testimonio material del famoso ataque de una flota berberisca a Villajoyosa en 1538.

Se trata de una “pelota”, o bala de sacre de piedra, de 6,5 cm de calibre y 427 gramos de peso. Los sacres, que equivalían a un cuarto de culebrina, eran pequeños cañones que sabemos por las fuentes que defendían las murallas de la Vila en aquella época. Solían usar balas de hierro pero también las había de piedra, como esta.

Pudo pertenecer a cualquiera de los dos bandos, aunque es más probable que fuera lanzada por la artillería vilera contra los corsarios que asediaban la villa, ya que apareció entre las ruinas de una casa, destruida en aquel ataque, que se encontraba fuera de las murallas, enfrente del Portal, la puerta principal de entrada a la ciudad. Gracias a los trabajos de Vicent Márquez y a la colaboración de Albert Alcaraz, director del Archivo Histórico Municipal, sabemos que esas casas extramuros fueron demolidas tras el ataque y se prohibió volver a construir en la plaza, para evitar que estos edificios fueran usados como parapeto por los atacantes.

La pieza se ha expuesto inmediatamente al público, antes incluso de su limpieza en el laboratorio de restauración, dado su gran simbolismo para la historia de la ciudad. De hecho, aquella fecha (el 29 de julio de 1538) es la que se conmemora en las Fiestas de Moros y Cristianos de Villajoyosa, declaradas de Interés Turístico Internacional. Dado que la Vila, con ayuda de otras poblaciones vecinas, fue capaz de repeler aquel gran ataque, y que era el día de Santa Marta, los vileros adoptaron a la santa como patrona.

Las excavaciones se han realizado previamente a la construcción de una red de pluviales, promovida por las concejalías de Aguas y de Urbanismo y ejecutada por la empresa Hidraqua. Los trabajos arqueológicos han sido dirigidos por la sección de Arqueología de Vilamuseu.