El reportaje pone de relieve el caso extraordinario de Redsinsa, un ejemplo único de fusión del trabajo artesanal tradicional y la industrialización y adaptación a los nuevos tiempos y necesidades. Ha sido redactado por Ana Baldó, investigadora doctoral de este patrimonio local; el propio gerente de Redsinsa, Vicente Segrelles; y el director de Vilamuseu, Antonio Espinosa, y acaba de salir a la luz a comienzos de julio de 2023.
En el mencionado año 1778 los trabajos del esparto ocupaban en la Vila a 400 familias, el 75% de la población; y en el siglo XIX se produjo el cambio al cáñamo, que resistía mejor el aumento de potencia de los pesqueros tras la legalización de la pesca de arrastre (bous y trawlers) en toda la Península. En esos siglos la industria del hilado para pesca y cordelería naval de la Vila es la más importante del país.
Desde los años 60 del siglo XX se reconvirtió a las nuevas fibras sintéticas, y se produjo la concentración de antiguas sendas en Redsinsa para afrontar los nuevos tiempos con un mayor capital. Esta industria fabricaba no solo redes sino también cabos para embarcaciones que suministraba a los astilleros de la Vila Joiosa. Precisamente la Vila en la década de 1860 alcanzó la segunda matrícula naval de España, es decir, en ese momento llega a ser el puerto que más barcos matricula del Estado, entre ellos grandes goletas y pailebotes que surcaban los océanos hacia las colonias españolas.
El reportaje, en la sección fija “Mar enllà”, destacada en portada, da protagonismo a la Vila Joiosa en una revista divulgativa del patrimonio marítimo de primera línea, como cuna de la industria de redes e hilado naval española.