Vilamuseu y el Archivo Municipal intentan desvelar las incógnitas de esta rara estructura.
La Concejalía de Patrimonio Histórico ha restaurado la balsa antigua de la calle Calvari. En las últimas semanas se han llevado a cabo los trabajos de limpieza y consolidación de los contrafuertes y muros de la balsa situada en el cauce del río de la Vila, bajo el puente del ferrocarril. Los trabajos han sido realizados por personal de Vilamuseu y del departamento de Servicios Técnicos Municipales.
La actuación, de carácter urgente, se ha centrado en las partes que estaban sufriendo un deterioro con el fin de frenarlo. Las consolidaciones se han realizado con morteros de cal y arena, con un color ligeramente diferente al del mortero antiguo, como es obligatorio en restauración del patrimonio, para distinguir lo nuevo de lo original.
Los responsables plantean a medio plazo un proyecto integral de restauración y puesta en valor integrándolo en la zona verde de la cuenca del río, para convertirlo en un nuevo atractivo turístico y cultural. Este proyecto irá precedido de la excavación arqueológica del interior de la balsa y de sus cimientos, para conocer sus fechas de construcción, reforma y abandono.
Según los estudios, esta no es en absoluto una balsa corriente. Al sur tiene un ábside, un entrante semicircular en el muro, cuya función se desconoce, aunque la excavación arqueológica seguramente dará algunas pistas. De esta extraña balsa, por el momento, casi todo son incógnitas. Solo se conoce, gracias a un plano de Francisco Coello, que ya existía en 1847 y que muy cerca había un molino, situado cien metros al norte del Molino Real de la Llobeta, también en el cauce del río. Quizá la balsa captara agua para hacer funcionar ese segundo molino.
Lo que parece estar claro para los investigadores es que no era un molino harinero, como el de la Llobeta, porque los documentos no lo mencionan entre los que hubo en el término de la Vila Joiosa. La curiosa forma del muro de la balsa sugiere que tuvo un engranaje de algún tipo de maquinaria, es decir, que perteneció a una instalación industrial antigua, pero no se sabe a cuál.
La historia de la recuperación de esta balsa no ha hecho más que empezar, pero dada su rareza se prevén sorpresas. Las excavaciones sacarán a la luz piezas, quizás engranajes de su maquinaria, se aportarán fechas; mientras que la investigación etnográfica de Vilamuseu y la del Archivo Municipal buscarán indicios en la memoria de los vileros y en los documentos que han dejado. Hasta ahora todos los intentos han sido infructuosos, así que no parece que vaya a ser un reto fácil para el equipo investigador.