Calera (s. XVI)
Por su difícil acceso, esta torre se construyó aprovechando la piedra caliza de las proximidades, tanto para las rocas de los muros como para obtener la cal viva que, mezclada con arena y agua, formaría la argamasa que las unía.
La cal se obtuvo quemando piedras calizas durante varios días en este horno o “calera”, a más de 900º C. Para ello excavaron una fosa ovalada en la roca, la forraron en parte con piedras y todo ello se enlució de argamasa para conservar el calor. Sobre este hoyo se colocaron cientos de piedras formando una falsa bóveda hasta tener una torre de varios metros de altura en forma de cono. Al exterior se recubría de arcilla para retener el calor, menos en el extremo superior, que hacía de tiro para el humo. En el hoyo se quemaban constantemente ramas y matorral para mantener la llama intensa.
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Imagen: La calera tras su excavación arqueológica en 2009