Chalet de Centella (panel 40)
El Chalet de Centella se construyó entre 1927 y 1930, en el ensanche de Villajoyosa por la calle de Colón, entonces carretera de Valencia, asfaltada por primera vez unos años antes, en 1925. En este momento la calle de Colón ya se había convertido en el centro de la ciudad, lugar predilecto de paseo de la población local, con edificios singulares de diferentes estilos como el Cine Olimpia, el Colegio Álvaro Esquerdo o interesantes edificios de estilo racionalista de los años 25-30, con los que contrasta el propio Chalet de Centella, de aire más clásico.
Su propietario, Vicente Lloret Pérez (1879-1950), lo encargó para establecer su residencia habitual una vez que su hijo le relevara de la dirección de las fábricas de conserva de Canarias. La empresa Lloret y Llinares (desde 1950 con la famosa marca “El Ancla”) la crearon en 1870 los cuñados Miguel Lloret y Felipe Llinares (padre y tío de Vicente). En principio se dedicaban a comercializar productos agrícolas, después a vender pescado y finalmente comenzaron a conservar en salazón la anchoa y la sardina que se pescaban en verano, cuando no había nieve. El negocio prosperó, y la empresa instaló fábricas en Tarifa, Ceuta y Canarias, y creó una flota de grandes barcos, algunos salidos de los astilleros de Villajoyosa, como las goletas “Centella” y “Jonense”.
El edificio es obra de Juan Vidal Ramos, uno de los arquitectos alicantinos más reconocidos, autor de destacados edificios alicantinos, como el Palacio de la Diputación (1926), el Hospital Provincial de San Juan de Dios (hoy MARQ), el Mercado Central (1921), el edificio de la Caja de Ahorros (1918), la Casa de Socorro (1926) las casas Carbonell (1924) o Lamaignere (1918).
La arquitectura de Juan Vidal muestra con frecuencia un estilo “ecléctico”, es decir, una mezcla de estilos clásicos y modernos típica de la época: así, en la fachada este un frontón (remate triangular) recuerda los templos griegos; sobre él podemos ver pináculos con bolas neobarrocos y en la rica decoración interior encontramos toques modernistas, como en los azulejos de la primera planta.
Las especies exóticas de los jardines, como el bambú, la esqueletia o las dos grandes araucarias que flanquean la fachada de la calle Colón, se trajeron en los viajes de la empresa Lloret y Llinares. Ello daba al chalet un toque exótico y cosmopolita muy del gusto de la burguesía de finales del s. XIX y comienzos del s. XX. Contiene una gran variedad de especies que lo convierten en un auténtico jardín botánico histórico, de estilo neoislámico, imitación de los de Córdoba o Sevilla. Los tres cuartos de siglo transcurridos han dado a algunos de los ejemplares, como los ficus o araucarias, un porte monumental.
El edificio ha pertenecido a la familia (salvo el periodo de la guerra civil, en el que se tomó para usarlo como hospital) hasta el 2009. En ese momento lo adquiere el Ayuntamiento de Villajoyosa y decide rehabilitarlo para ubicar allí la oficina de turismo de la ciudad. En 2019 se han instalado en la primera planta otras oficinas municipales, se ha continuado la restauración del edificio y se han comenzado a trabajar en la musealización de los espacios más nobles y el jardín.
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