Se trata de los restos de un cargamento de ladrillos para la construcción y algunos vasos cerámicos completos, que pueden fecharse en el s. XIX. El hallazgo se ha puesto en conocimiento de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunitat Valenciana. En espera de una prospección en extensión, aún no se puede asegurar si el yacimiento corresponde a los restos de un barco con su cargamento completo o a la caída al fondo de parte del mismo durante la carga o descarga a una embarcación de apoyo.
Hasta el siglo XIX en la gran mayoría de los puertos, como el de Villajoyosa, no existían muelles. Una buena playa, una fuente de agua potable, un buen fondo de posidonia o de arena y una población costera ya podían ser un buen puerto. Los barcos fondeaban a unos cientos de metros de la playa, y botes de apoyo trasladaban personas y mercancías hasta ellos. Así funcionó el puerto de Villajoyosa desde el s. VII a. C. hasta 1940. Con 27 siglos de historia ininterrumpida, es uno de los puertos de mayor duración de la Comunitat Valenciana, primer y último puerto de la Península Ibérica en la ruta marítima principal entre Oriente y Occidente.
Villajoyosa alcanzó la segunda matricula naval de España en ese siglo XIX, el siglo de oro de la navegación en la ciudad, cuando su Marina recorría todos los mares. En su playa se construyó en el s. XV el mayor barco de la época, la Nau Grossa «Santa Anna», que participó en la toma del Reino de Nápoles por Alfonso V el Magnánimo, y en esa misma playa se seguían construyendo en el s. XIX grandes goletas y pailebotes para navegación transoceánica. A este momento pertenece el yacimiento localizado, cuya ubicación y profundidad se mantiene en secreto por razones de seguridad. Su estudio podría aportar datos de gran interés sobre el comercio de cabotaje en un momento crucial de la historia vilera y de España.
La Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de la UNESCO (2001), firmada por España, establece que los restos culturales sumergidos con una antigüedad de 100 años forman parte de ese patrimonio. Este nuevo yacimiento es algo anterior a los seis mercantes hundidos por el submarino alemán U-64, que operó en 1917 frente a las aguas de Villajoyosa durante la Gran Guerra, y todos ellos forman ya parte, por su antigüedad, del extraordinario legado cultural submarino de Villajoyosa.
Para el nuevo yacimiento se ha propuesto el nombre “La Vila Joiosa I”, iniciando una serie para los nuevos yacimientos que se descubran, de forma que su denominación no dé pistas sobre su localización.
