Exposición de las primeras fotografías digitalizadas de la colección Linares Ortiz

El fondo fotográfico Linares Ortiz de La Vila Joiosa supera todas las expectativas. La Concejalía de Patrimonio Histórico y la Sede Universitaria organizan una primera muestra, con una selección de más de 40 imágenes inéditas de la Vila de los años 30 a 50.

Once meses después de su ingreso en los fondos de Vilamuseu y el Archivo Municipal, el departamento de Conservación y restauración del museo ya ha digitalizado cerca de 3000 fotografías, gracias a su escáner de alta resolución de negativos. Siendo una cifra importante, se calcula que representa menos del 2% del total, y que los trabajos se dilatarán durante unos 50 años.

Después, las placas de vidrio y los negativos de celuloide se conservan, perfectamente identificados, en sobres de papel neutro que absorbe la acidez generada en su degradación, y estos en cajas de cartón no ácido. Las cajas se organizan en un almacén especial, adaptado para fondos fotográficos, con temperatura fría y humedad relativa muy baja, que ralentizan mucho el inevitable proceso de deterioro de estos materiales. Por eso, la principal medida de conservación es la digitalización en alta resolución, que no se deteriora con el paso del tiempo. En esta fase, Vilamuseu también cuenta con la ayuda de su voluntariado, en este caso de Jaime Morales.

Dado que las imágenes digitales se archivan en gran tamaño, estos negativos no necesitarán ver la luz nunca más, salvo que por algún motivo se necesite volver a escanear uno de ellos a una resolución extraordinaria.
Los negativos más antiguos están realizados en placas de vidrio. Posteriormente la industria fotográfica desarrolla unos soportes más ligeros hechos con nitrato y acetato de celulosa, que un material muy inestable que se degrada con facilidad y genera gases ácidos, por lo que requiere condiciones de humedad y temperatura especiales. A partir de los años 50 se imponen los negativos en poliéster, y los problemas de conservación se reducen notablemente.

A partir de aquí, el trabajo se realiza en carpetas del Servidor informático de Vilamuseu, compartidas con el Archivo Municipal. Ambas instituciones realizan la catalogación, en la que son de inestimable ayuda los cuadernos en los que Antonio y José Linares, padre e hijo, registraron minuciosamente cada foto entre 1930 y 2003.

A día de hoy se han digitalizado 531 negativos de vidrio y 110 de acetato y nitrato de celulosa de los años 40 y 50, con imágenes panorámicas de Villajoyosa, reportajes detallados de barcos y su fabricación en los astilleros de la playa, y otras muchas temáticas. También hemos digitalizado 438 fotografías de carrete de aquellos años, en los que hay bodas, entierros, representaciones de teatro, fiestas, partidos de futbol…, todo ello retratado con un exquisito criterio artístico y documental. Antonio y José Linares llevaban siempre su cámara encima, y gracias a eso descubrimos hoy las primeras imágenes de la demolición del convento de San Pedro y Santa Marta, del Padre Belda excavando en la villa romana de Torre-la Cruz, de la carga de tejas de la fábrica de La Robella en la bodega de grandes barcos bilbaínos…

En el apartado de retratos llevamos digitalizados 1845, todos ellos del año 1937, en plena guerra civil, y en muchos de ellos tenemos el nombre y los dos apellidos de los personajes retratados. Una auténtica crónica visual de la evolución de la sociedad de la Vila y su comarca en tres cuartos de siglo. Esta información convierte el fondo Linares Ortiz en una joya del patrimonio valenciano, porque pone caras al último siglo de historia de la Vila y la comarca.

No faltan mujeres y hombres con uniformes militares republicanos, y grupos en los que nos sorprenden las libertades civiles conseguidas en la II República, como el beso espontáneo entre dos hombres cogidos de la mano. Son muchos más los retratos que aún faltan por digitalizar solo de ese año, y otros tantos de los años siguientes, lo que da una idea del extraordinario valor de este legado. Gran parte de las personas aparecerán fotografiadas en diferentes momentos de su vida, desde su nacimiento hasta el año 2003.

Antonio y José Linares, padre e hijo, y después la familia, guardaron celosamente este patrimonio durante casi un siglo, a través de la dictadura, a pesar del riesgo que entrañaba conservar miles de imágenes republicanas. La Vila recupera, así, una parte enorme de su memoria histórica, y se redescubre a sí misma a lo largo de tres generaciones. Como muestra, la Concejalía de Patrimonio Histórico, a través del Archivo Municipal y Vilamuseu, y la Sede Universitaria de la Vila Joiosa de la Universidad de Alicante, con la colaboración de Foto Cine la Vila, inauguraron el jueves 23 de febrero en la Sala Kilómetro Lanzado de la Casa de Cultura una primera exposición con una selección de más de 40 imágenes inéditas, solo algunas de las más sorprendentes, con una fuerza y una carga artística, documental y humana excepcionales.