La provincia de Alicante es, sin duda, una Tierra de Castillos.
Más de 230 castillos, fortificaciones, torres costeras, torres de refugio, casas fuertes, fortines y baterías pueblan el territorio alicantino y representan una parte muy importante del patrimonio cultural de nuestras ciudades, villas y pueblos, donde aún guardan con celo la memoria de nuestra historia dentro de sus sólidas murallas.
A lo largo de nuestra historia, la singularidad de nuestra orografía ha convertido el territorio de Alicante en encrucijada y frontera entre reinos y culturas, siendo escenario directo del enfrentamiento por el poder y por la tierra o del miedo de los pacíficos habitantes de la costa ante las temidas incursiones corsarias.
La exposición presenta, a través de textos amenos y de múltiples curiosidades que los amantes del turismo de castillos disfrutarán, varias rutas sorprendentes por más de mil años de fortificaciones.
Guardianes de Piedra. Los Castillos de Alicantees una exposición itinerante que invita a recorrer la provincia de Alicante en busca de nuestros propios guardianes de piedra, buscando aquellos monumentos que nos sobrecojan, que nos impresionen, que revivan la rudeza de la vida cotidiana entre sus muros y que nos cuenten, al susurro de sus desgastadas piedras, los avatares y quejas que sufrieron en el pasado.
La exposición se complementa y se tematiza en Vilamuseu con información sobre las importantes fortalezas de Villajoyosa, declaradas bienes de interés cultural: tanto las murallas urbanas renacentistas y su castillo medieval como la iglesia-fortaleza gótica de la Asunción (una de las tres de la provincia de Alicante), las torres vigía del Aguiló y del Charco (dos de las mejores conservadas de la provincia) y las cinco torres de huerta (Dalt, Baix, Torreta, Simeón y Campaneta).
En relación con ello, en la exposición se exponen algunas piezas relacionadas con ataques sufridos por las murallas de la Vila, como grandes bolaños de piedra que se lanzaban con primitivas piezas de artillería llamadas bombardas. También se exponen algunos trajes antiguos de las Fiestas de Moros y Cristianos, cuyo origen en la Vila fueron los desfiles de las milicias urbanas que, armadas por la Generalitat, defendían la Vila en primera instancia en caso de ataque corsario. Las primeras fiestas de que se tiene noticia son de 1752, cuando todavía había ataques de flotas berberiscas.